lunes, 1 de julio de 2013

Bienvenidos al Grado de Estudios de Asia Oriental, promoción 2013-2014

Veo el éxito que ha cosechado el blog durante el periodo de inscripción para acceso a la universidad y no sé qué sentir. He oído que este año la nota de corte está bastante alta, al menos en la primera tanda de inscritos.

Ilusos.

Pensaréis "Eh, tengo buena nota, seguro que me va bien". O "Oye, la nota es altilla, puede que merezca la pena". Ojalá llevéis razón. Ojalá haya habido cambios suficientes en septiembre. Pero no contéis con ello.

Para empezar, sabed que el centro, pues eso, da pena. Casi la misma que antes. Ahora hay microondas y tostador, pero hay quien ha recibido una descarga, y mientras esté la gente de la cafetería, os mirarán mal por usarlos y aún peor si metéis comida en el comedor que ellos creen que es suyo, cuando no es así.

Tenemos un aula de informática en un comodísimo horario de 9 a 14, que es básicamente desde que empiezan las clases hasta que acaban. Vamos, que uso útil para hacer trabajos en grupo, pues poco.

Una sala de estudio donde debéis guardar un silencio sepulcral (compartida con los de máster) y donde, de nuevo, nada de trabajos en grupo.

Un aula de delegación minúscula que los directivos creen que es adecuada y suficiente para los trabajos en grupo. Sí, un aula de máximo unos 12 para todo el centro, y que sólo dan llave si eres miembro de delegación.

E insisto tanto en los putos trabajos en grupo porque básicamente es todo lo que haréis. Trabajo tras trabajo donde debéis coordinaros como podáis con gente que no conoceréis y que vivirá cada uno en la quinta puñeta.

Pero eh, no tenéis derecho a quejaros, porque lo tenéis muy fácil porque son trabajitos. De cosas que no conocéis o que conocéis vosotros pero no el profesor y os evaluará como le salga. Pero sin presiones.

Hablemos del acceso para personas con discapacidad. Jodido tirando a nulo, la puerta del lado con rampa tienes que ir a pedir que la abran. Subiendo como una docena de escalones. Si tu problema es del ámbito mental, no te preocupes, puedes ser todo lo molesto que quieras en clase con tus compañeros, que nadie te dirá nada y muchos te reirán las gracias aunque estés jodiendo la vida de otros. Si por otro lado sufres de algo de carácter social, que sepas que es mentira. Nuestro querido coordinador del grado opina que "eso son tonterías de ahora que somos una generación que no ha pasado hambre, y se pasaría si hubiéramos sufrido lo que nuestros abuelos". La parte de la buena hostia, como no la recuerdo, no la voy a citar. La psicología por tanto debe ser algo inventado para sacar los cuartos a gente con mucha tontería, y estudiarla debe ser algo de mentira y de broma.

Si sufrís de acoso si que tendréis la suerte de contar con el apoyo de este señor, eso sí. Pero tampoco esperéis que haga nada más. De hecho, no debe afectaros en lo más mínimo y si faltáis a clase porque no queréis verle la cara al que sea, no dudará en echároslo en cara.

Y este hombre da para un libro entero, pero vamos a continuar con las becas de movilidad. Él es todopoderoso y sabe lo que os conviene sin necesidad de saber qué haréis en el futuro, y por tanto, se considerará en derecho a deciros qué asignaturas tenéis que coger o no. Y con él, tendréis a la encantadora Carmen, trabajadora en relaciones internacionales. Que, bueno, trabajar, seguramente trabaje bajo la mesa, porque rara vez la encontraréis cuando la necesitéis. Y de información va pegadita. Y de inglés ni os digo. Ah, eso, el inglés sólo lo domina el becario, el resto de relaciones INTERNACIONALES no tiene ni idea. Ni siquiera el traductor os ayudará si lo que necesitáis es algo ligeramente distinto a lo que hace habitualmente.

Una vez echada la beca, os dirán cuando estéis a 3 días de fin de plazo, que necesitáis un certificado de inglés. Todos a correr a sacarse el título... que poco después sabréis que no piden en todas, y en otras necesitaréis otro distinto. Decid adiós a unos 200€.

Si vuestra beca no está clara que sea aceptable por las razones que sean, llorad. Llorad porque quizás la universidad japonesa no responda, o quizás relaciones internacionales no os diga que os han respondido. Llegará el verano y no sabréis nada. Los vuelos subirán, y veréis que esos 2500€ no van a servir de mucho. Y como alguien tenga que interceder por vosotros para que entréis, pues sabed que el 90% del profesorado universitario no sabe hacer cartas de recomendación y/o no consideran que sea algo importante y la harán en el último momento deprisa, corriendo y dios sabe con qué nivel de inglés. Pero eh, sin presiones, no es que esté en su mano vuestro futuro ni nada por el estilo.

Y profesores...

Bueno, nuestro querido Jesús anda enfermo, y no ha podido dar nada de su segundo cuatrimestre. Sustituto mediocre que cree saber qué quitar del temario, por supuesto, según he oido.

Pedro Luengo ha dejado de dar arte, para nuestra desgracia. Estamos hablando de un hombre cuya especialidad es, si no recuerdo mal, Filipinas. Que probablemente no haya nadie más que sepa de algo remotamente cercano a esta carrera. Pero en fin, se ve que el hombre no daba la talla.

No como el de literatura, especialidad en literatura española del siglo XV, creo que era, aunque no me hagáis mucho caso. Pero vamos, bien lejos. El hombre puede parecer que le pone ganas, está estudiando chino, según he oido. Sin embargo, seguimos sin haber visto de lejos un trozo de la primera novela japonesa. Eso sí, libros bizarros japoneses sobre temas repetitivos, todos los que quieras en Literatura Moderna de segundo año.

La dominátrix de política se fue para dejar paso a otros dos, pasando a un total de 4 profesores para una asignatura de enero a junio. Encantador y nada confuso, me han dicho. Ah, y parece ser que uno de los cuatro quiere largarse porque está asqueado del centro y las trabas que le ponen para todo lo que intenta hacer el hombre. No le culpo.

Trabas y hacer me recuerdan que las conferencias nunca se avisan con antelación de más de 24 horas, de asistencia obligatoria y en fechas tan cómodas como el penúltimo día de clase a modo de clausura (?), o en mitad de los exámenes de diciembre y junio, o siempre cortando una misma asignatura... y serán muchas, y a menudo bastante inútiles. Pero debemos estar agradecidos de que se hagan, por supuesto, y si dejamos de ir no se harán. Y seremos unos flojos. Podría entenderse que queremos que dejen de tomarnos el pelo, pero no, en nuestra facultad se entiende por flojera. Si no te hincas de rodilla ante el mandamás de turno es flojera.

Oh, y el aula de cultura. Básicamente, no hay. Servidora lo ha intentado siguiendo los pasos que a medias decían unos, a medias otros. La conclusión ha sido que he perdido el tiempo. Unos dirán que tiene que hacerlo delegación, otros que los alumnos, pero lo ciertos es que somos una facultad fantasma que ni siquiera tiene delegación reconocida, mucho menos alguien con competencia para ayudar a levantar esto. Los directivos llegaron a decirnos que no nos preocupásemos, que ellos estaban en ello y ya avisarían. Ya avisarían. Ya avisarían cuando el plazo de solicitudes cerrase, por supuesto, para decir que ellos habían solicitado para algo que a día de hoy es un misterio. Así que nada, pese a la amable oferta de más de un conferenciante de proporcionar material para la biblioteca (sí, seguimos sin biblioteca, por supuesto) y/o aula de cultura, no hemos podido acoger dichas donaciones.

Si alguien llega detrás de mí y la monta y le resulta sencillo y se quiere reír de mi inutilidad, por favor que no se abstenga de ello en los comentarios, si lo considera adecuado. Yo le felicitaré sinceramente mientras sigo a mi bola, que es lo que el centro me ha enseñado que debo hacer, agachar la cabeza y no meterme en nada.

Y tengo muchas más opiniones y quejas, pero mi tontería dice que quizás si sigo pensando en todo esto quizás no me presente al examen que me queda, y bueno, mejor me marcho por hoy. Si tenéis suerte, esta entrada marcará más que vendrán. Aunque dicen que la ignorancia da la felicidad.